¿QUE ES UNA ROTURA DE MENISCO?
El menisco es un cartílago en forma de “C” ubicado en la articulación de la rodilla, cuya función es proporcionar estabilidad y amortiguación. Una rotura de menisco ocurre cuando este cartílago se rompe debido a un trauma o desgaste, lo que puede provocar dolor, inflamación y limitación en el movimiento
Una rotura de menisco provoca dolor, hinchazón, rigidez o sensación de bloqueo en la rodilla, lo que hace que no puedas mover la rodilla en toda la amplitud de su movimiento.
Es posible que en el momento agudo experimentes un crujido o una sensación de chasquido. Sin embargo, en algunas ocasiones, es posible que no haya habido ningún acontecimiento o lesión que lo precipite.
El dolor de una rotura de menisco suele localizarse en la parte interna o externa de la articulación de la rodilla, y frecuentemente se irradia a la zona posterior de la misma.
El dolor suele ser muy intenso en un primer momento, seguido de un alivio tras los primeros minutos. Seguidamente, se acompaña de un aumento del volumen de la rodilla (a partir de las horas del suceso agudo).
La sensación de no poder doblar y extender la rodilla es habitual, incluso será complicado dejar caer el peso del cuerpo en la misma. Estos bloqueos, se deben a que el fragmento meniscal roto se desplaza en el interior de la rodilla y se sitúa entre el femur y la tibia.
¿Qué es una meniscopatía?
Una meniscopatía es una condición que afecta a los meniscos, los cuales son estructuras cartilaginosas en forma de media luna ubicadas dentro de la rodilla. Esta afección implica cualquier lesión, degeneración o alteración en los meniscos, que pueden ocurrir debido a lesiones traumáticas, desgaste por el envejecimiento o actividades repetitivas que ejercen presión sobre la rodilla. Los síntomas de una meniscopatía incluyen dolor, hinchazón, sensación de bloqueo o trabamiento en la articulación de la rodilla, así como dificultad para mover la rodilla con normalidad.
¿Qué es una rotura de menisco?
Una rotura de menisco es una lesión en el cartílago en forma de media luna que actúa como amortiguador dentro de la rodilla. Esta lesión puede ocurrir debido a movimientos bruscos, giros repentinos o traumatismos directos en la rodilla. Los síntomas incluyen dolor, hinchazón, sensación de bloqueo o atrapamiento en la articulación, así como dificultad para mover la rodilla. Dependiendo de la gravedad y el tipo de rotura, el tratamiento puede variar desde medidas conservadoras como reposo, aplicación de tratamientos de medicina regenerativa y fisioterapia, hasta procedimientos quirúrgicos como la reparación o la extirpación parcial del menisco dañado. El objetivo del tratamiento es aliviar el dolor, restaurar la función normal de la rodilla y prevenir complicaciones a largo plazo.
¿Cuáles son los síntomas de un menisco roto?
Los síntomas de un menisco roto pueden variar dependiendo de la gravedad de la lesión, pero comúnmente incluyen:
- Dolor en la rodilla, que puede ser repentino o gradual.
- Inflamación alrededor de la rodilla.
- Rigidez o dificultad para mover la rodilla.
- Sensación de bloqueo o trabamiento en la articulación.
- Chasquido o crujido al mover la rodilla.
- Sensación de debilidad en la rodilla.
- Dificultad para enderezar completamente la pierna.
Es importante buscar atención médica si experimentas alguno de estos síntomas, ya que un menisco roto puede interferir con tu capacidad para realizar actividades cotidianas y puede empeorar con el tiempo si no se trata adecuadamente. Si padeces de una rotura de menisco, consulta con nuestros especialistas en medicina regenerativa para evaluar tus opciones de tratamiento y encontrar la solución más adecuada para ti.
Diagnóstico del menisco roto y otras lesiones meniscales
El Dr. Raúl García Renedo evaluará tu estado basándose en tus síntomas y en la exploración física.
- La evaluación inicial se realizaa partir de la historia clínica y examen y evaluación física de la rodilla afectada.
- Realizamos una ecografía de rodilla en la consulta médica. La ecografía es una prueba muy válida para el diagnóstico y despistaje de otras lesiones, aunque más aún para el tratamiento. En la clínica se dispone de su utilización para realizar infiltración guiadas en el punto exacto de mayor dolor y/o lesión.
- Finalmente, la Resonancia Magnética será una prueba diagnóstica a utilizar, realizando un estudio más amplio de los tejidos que rodean la articulación y descartando lesiones vecinas.
- También podemos utilizar radiografías para examinar el estado de la articulación de la rodilla, y del cartílago en particular.